Noticias

Carlos Rosenkrantz y el populismo: Mientras no afecte la constitución y la ley, es un problema político

Carlos Rosenkrantz dicta conferencia en inauguración de Año Académico

La comunidad universitaria se reunió nuevamente en el Aula Magna del edificio de Pío Nono 1, para participar en la Inauguración del Año Académico 2022 de la Escuela de Pregrado, la que contó con la conferencia magistral de Carlos Fernando Rosenkrantz, abogado, juez y actual Vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina.

El jurista trasandino fue el principal expositor de la jornada- que se realizó de manera híbrida-  con su conferencia titulada "Justicia, Derecho y Populismo en Latinoamérica". La ceremonia se inició con las palabras del Vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, Enrique Aliste, quien deseó "que este nuevo año académico, marcado por relevantes transformaciones para el país, muestre, una vez más, que la Facultad de Derecho sigue siendo la voz que resuena en el espíritu cívico, a través de su férreo compromiso con la sociedad, con el valor de lo público y con los destinos del país".

A la ceremonia asistieron – de manera presencial y virtual - los ministros de la Excelentísima Corte Suprema, Leopoldo Llanos y profesor Arturo Prado; el Ministro del Tribunal Constitucional, profesor José Ignacio Vásquez; el Subsecretario de Justicia, Jaime Gajardo; la Ministra de la Sección Cultural de la Embajada de Argentina, Melisa Campitelli; la Decana de la Facultad Ciencias Forestales, Carmen Luz de la Maza; la Vicedecana de la Facultad de Derecho, Renée Rivero;  el Director de la Escuela de Pregrado, Miguel González; y el director académico, Álvaro Fuentealba, además y académicos, académicas y estudiantes.

El Decano Pablo Ruiz-Tagle agradeció la presencia del expositor internacional vinculado a la profesión jurídica, destacando que actores relevantes de otras disciplinas hayan encabezado la actividad en años anteriores. En 2019 se abordó la relación entre el derecho y la literatura, a cargo de María Eugenia Góngora, mientras que en 2020 se realizó, de manera virtual, un análisis al vínculo entre el derecho y la música, con la exposición de músico y profesor, Luis Orlandini. El año pasado, fue la astrónoma María Teresa Ruiz quien impartió la charla magistral “Las leyes del Universo".

En este sentido, el Decano resaltó que "no es extraño que uno de los mayores atractivos de la carrera y el estudio de lo jurídico, sea que esta disciplina pueda abrirse a muy distintas rutas o puertas. La disciplina del derecho se conecta a otras áreas como son la economía, la filosofía, la historia, la literatura o la ciencia política, pero siempre en el trasfondo del derecho está su propósito civilizador".

Acerca del tema expuesto por el juez Rosenkrantz, el Decano Ruiz-Tagle aseguró que el populismo es un tema muy presente "porque pocos términos en el vocabulario político actual son tan polémicos y difusos, y quizás lo son porque están en plena aplicación, porque se puede predicar este populismo de partidos, de líderes, de movimientos, tanto de izquierdas como de derechas".

Finalmente, el profesor Ruiz-Tagle comentó que "el tema del populismo es un fantasma que nos ronda en nuestra historia política y que parece que no ha desaparecido, sino que ahora toma cuerpo. Ahora, hay que tener cuidado porque si todo es populismo y el populismo lo vemos en todas partes, entonces este concepto no nos sirve. Tampoco debemos verlo como un insulto, como un arma de denigración".

Populismos y democracia constitucional

En su conferencia magistral, Carlos Rosenkrantz dictó su conferencia "Justicia, Derecho y Populismo en Latinoamérica", advirtiendo que el tema central de la exposición es un "fenómeno que me perturba, especialmente porque creo que la única solución para nuestros pueblos es insistir en el modelo de la democracia constitucional".

En este sentido, el jurista trasandino explicó que el populismo es un tema sobre el que se discute con pasión en cada vez más reuniones de constitucionalistas y cientistas políticos. "Ello es así, porque hay muchas dudas sobre si el particular modo de hacer y concebir a la política por parte de los movimientos que se caracterizan como populistas, son compatibles con los arreglos institucionales que caracterizan a las democracias constitucionales de raigambre liberal".

Posteriormente, Rosenkrantz detalló los rasgos de los populismos: el primero es más bien filosófico y es el hecho "de que el populismo presupone una entidad colectiva, supra-individual, cuya existencia, aunque sus contornos nunca son definidos con precisión, es autónoma e irreducible a la de sus integrantes". El segundo rasgo es que, no solo cambia el cómo, sino que también pretende el quién de la acción política, pues "pretende cambiar el sujeto y el destinatario de lo que políticamente hacemos. En este sentido, más allá de muchas diferencias relevantes, en todas las narrativas populistas el pueblo es el criterio validante por antonomasia", apuntó el expositor.

A la hora de sopesar un modelo sobre otro, Rosenkrantz subrayó que en las democracias constitucionales el progreso es siempre incremental, ya que son, en esencia, arreglos institucionales que hacen imposible que mayorías transitorias cambien radicalmente la fisonomía de la sociedad. Añadió que "el cambio, en las democracias constitucionales, requiere consensos muy extendidos en el tiempo. No hay posibilidad de saltos revolucionarios. El cambio requiere cambios legales y, a veces, cambios constitucionales, pero el cambio legal y el cambio constitucional, es siempre dificultoso y lento". Por el contrario, el populismo es maximalista, pues pregona la necesidad del cambio instantáneo y radical. "El populismo se caracteriza por demonizar a la dinámica política tradicional a la que le reprocha, centralmente, su carácter retardatario. La concibe como la promotora y reproductora del status quo, como la mascarada perfecta de la continuidad. Por eso todo populismo pregona el cambio ya", sentenció.

Finalmente, el abogado argentino concluyó que "los jueces tenemos que controlar que se respeten los procedimientos constitucionales, pero aun cuando estos procedimientos se respeten, el populismo puede poner en riesgo al espíritu de nuestras democracias constitucionales porque pone en riesgo las convicciones en las que las democracias constitucionales se fundan. Y cuando ello sucede, son los ciudadanos los encargados de aventar dicho riesgo. Son los ciudadanos porque el populismo, mientras no afecte la constitución y la ley, es –recordémoslo- un problema político. Y por ende son los actores políticos los encargados de resolverlo".