El profesor Cristián Lepin, coordinador del programa de Derecho de Familia, Infancia y Adolescencia, participó en una conferencia en la Universidad de Buenos Aires, donde se efectuó un análisis jurídico sobre la compensación al momento de una ruptura de parejas.
El encuentro realizado el pasado 14 de noviembre fue coordinado por el académico de la institución argentina, Ricardo Rabinovich-Berkman, y contó con la exposición del profesor Lepin, quien abordó esta problemática que se genera en el nuevo derecho de familia.
En relación con la constitución de la familia años atrás, el profesor Lepin entregó dos datos. Por un lado, mencionó que antiguamente "el matrimonio celebrado a los ojos de Dios era válido ante la ley civil, con lo cual dejó al margen la celebración del matrimonio de la ley civil y lo mantuvo en sede religiosa" y por el otro expresó que "la principal clasificación de los hijos era entre hijo legítimo, ilegítimo y natural. Esto está asociado al estudio de la familia circunscripta no solo patriarcal sino también de una familia basada exclusivamente en el matrimonio".
Los primeros cambios de esta estructura llegan al Código Civil de Chile en 1928, añadió el académico, cuando se incorpora la posibilidad de que la mujer trabaje remuneradamente y sin autorización del marido, y también lo que se denomina "el patrimonio reservado de la mujer casada en sociedad conyugal". Sin embargo, complementó, la noción de igualdad en las relaciones de familia se mantuvo bien ajena. Recién con la aprobación de los tratados de derechos humanos en Chile a partir de la década del 90 se incorpora esta noción, que viene del ámbito de los derechos humanos y no del ámbito propiamente civil.
En este contexto, Lepín relató que surgen nuevos principios del derecho de familia, algunos que emanan directamente de los tratados internacionales como la protección de la familia, el mismo matrimonio, el principio de igualdad y el principio de protección.
En lo atinente a la situación de ruptura, el profesor Lepín explicó que el hombre está en una situación privilegiada respecto de la mujer porque siempre ha trabajado, mientras que la mujer en muchas ocasiones deja de trabajar remuneradamente y se dedica a la casa. "Al tener este tipo de relaciones asimétricas, si se deja solo a la autonomía de las partes, esa situación generaría un perjuicio para los grupos más débiles y, por lo tanto, se deben establecer algunas normas de orden público que busquen su protección y salvaguardar ciertos derechos", sentenció el docente.