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Juan Enrique Pi: "En Chile no estamos siendo la punta de la lanza en las transformaciones"

Juan Enrique Pi: La Escuela me dio el sentido de participación

En marzo de este año Juan Enrique Pi fue nombrado presidente de la Fundación Iguales, convirtiéndose en el sucesor de Luis Larraín. Para ello, renunció a su militancia en la DC y a su cargo en la coordinadora de DD.HH. de Segpres. El Proyecto de Ley de Matrimonio igualitario, el Proyecto de Ley de Identidad de Género y la Ley Antidiscriminación son su foco este año.

¿De qué manera sientes que tu formación en la Facultad de Derecho aportó a lo que eres ahora?

La Escuela me dio el sentido de participación en la vida pública, yo creo que eso es lo que más me definió. No sé si me dio tantas herramientas específicas respecto a los derechos de la diversidad sexual, lo que si me dio fue la opción de debate, de participación, de conversar con profesores, compañeros, personas de otras facultades, funcionarios, distintos aspectos, tanto de la universidad como del país, y eso despertó en mi un tremendo interés y necesidad de ser parte de los cambios que el país necesita.

¿Crees que el perfil de egresado de derecho de la Chile apoya las causas relacionadas con LGBTI?

No me atrevería a decir que todos los egresados apoyan la causa de la diversidad sexual. Lo que sí te diría, que toda persona que pasa por esta Escuela sale con una necesidad de participar de las discusiones que se dan en el país, y la discusión de los derechos de la comunidad LGBTI es una discusión que está pendiente. Entonces, el perfil de cualquier persona que pasa por la Escuela siempre va a terminar siendo el ser parte de estos debates.

¿Recuerdas a algunos profesores en especial?

Me acuerdo con mucho cariño de Antonio Dougnac, que fue mi profesor de Historia del Derecho, de Carlos Poblete, en Derecho Laboral, de la profesora Hübner, en Civil, y la profesora Gatica, que me tomó el Examen de Grado. Mis mejores clases de Civil fueron siempre del profesor Carlos Pizarro.

¿Cuál es la meta de Iguales este año?

Yo diría que tenemos dos tipos de meta distintos, uno respecto a las elecciones y otro respecto a los proyectos de ley que estamos discutiendo: Respecto a las elecciones, nos interesa que todos los candidatos a presidente, diputado y senador digan de frente al país lo que opinan respecto a los derechos humanos de la diversidad sexual, que no se guarden la pelota, que sean honestos respecto a qué lado de la vereda están, porque esta es una discusión que está en plena vigencia.

Respecto a los proyectos de ley, estamos esperando que se presente el Proyecto de Ley de Matrimonio Igualitario, que está comprometido para antes del 30 de junio, y que avance el Proyecto de Ley de Identidad de Género, que ya lleva cuatro años en su primer trámite constitucional y no ha logrado salir del Senado. Por otro lado, hemos ido dándonos cuenta del bajo cumplimiento del Fallo Atala (caso “Atala Riffo y niñas v/s Chile”) o de la falta de planes de educación en general en materia de diversidad sexual y en eso también vamos a estar encima.

¿Cómo evalúas que está Chile en temas de diversidad sexual en relación a otros países de la región?

Estamos atrasados. Hoy en día, el 70% de la población de Sudamérica ya vive en un país donde hay matrimonio igualitario. Ya es una realidad en Argentina, que es nuestro país vecino principal; en Uruguay, Brasil y Colombia. Ya hay Ley de Identidad de género también en Argentina, Uruguay, Brasil, Colombia, Bolivia, y en Chile todavía no ocurre. Nos subimos al carro de las uniones civiles tarde también. No estamos siendo la punta de la lanza de las transformaciones sino que estamos yendo bastante más tímidos de lo que nos gustaría.

¿Cómo evalúas el Acuerdo de Unión Civil?

Yo creo que el Acuerdo de Unión Civil, si bien tiene todavía algunas falencias respecto a derechos sociales que no se entregan a parejas del mismo sexo, que si están contemplados en el matrimonio, llegó a suplir un vacío evidente que existía en reconocimiento de que las parejas del mismo sexo constituían una familia. El gran valor que tiene la Unión Civil es en parte la simbólica de reconocer que dos personas que se quieren, sin importar si son del mismo sexo, de distinto sexo, sin importar la orientación sexual y su identidad de género constituyen una unidad familiar. En la parte práctica más que en la simbólica, vino a suplir un vacío sobre todo respecto a aquellas personas que no pudieron heredarse al momento de fallecer la una a la otra y de esa forma tener derechos sobre la vida que construyeron juntos.

El proyecto de matrimonio igualitario está comprometido para el primer semestre de este año, antes del 30 de junio ¿Cuáles son los avances que has visto en este proyecto?

La verdad es que no hemos visto muchos avances y eso nos tiene bastante alerta. Si bien el Gobierno se comprometió con una fecha específica, a poco más de un mes que se vence esa fecha no nos ha dicho si el proyecto contempla o no la adopción, si va a reformar las normas de filiación, a tener urgencia y a ingresar en los hitos prioritarios del último año de gobierno. Y a pesar de que Fundación Iguales junto con la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile le presentaron a la Presidenta Bachelet un Proyecto de Ley de Matrimonio Igualitario, esas definiciones políticas del contenido del proyecto aún no han sido transparentadas.

¿Cuáles son los cambios que proponen para la Ley Antidiscriminación?

Para la ley antidiscriminación proponemos principalmente cambios en dos sentidos. El primero es que esta ley se quedó coja, porque solamente entrega una herramienta para reaccionar ante la discriminación, pero no la previene, no tiene una institucionalidad y mientras esa institucionalidad no exista, las personas vamos a seguir expuestas a la discriminación. Lo segundo, es que ya la acción antidiscriminación misma, también ha demostrado ser bastante ineficaz porque su sanción solamente es una multa a beneficio fiscal a la persona que cometió la discriminación, pero la persona que fue discriminada no puede pedir una indemnización de perjuicio en el mismo procedimiento, y eso por lo tanto la deja en una indefensión o con un daño no reparado que tendrá que iniciar en un juicio distinto.

También hemos dicho que la carga de la prueba en materia antidiscriminación debería invertirse cuando hablamos de categorías sospechosas, ya que es mucho más fácil para la persona acusada de discriminación probar que actuó de acuerdo a estándares generales que siempre realiza, antes que la persona que fue discriminada demuestre que esa persona la discriminó por algún motivo específico.