"Sernac y tribunal constitucional" - Agustín Barroilhet

El fallo de TC declarando inconstitucionales algunas de las normas que buscaban convertir al Sernac en un “león con dientes” es una mala noticia para el organismo, pero no para los consumidores. Ello porque las mejoras en los procedimientos colectivos y el endurecimiento de las sanciones que antes del TC solo beneficiaban estratégicamente a Sernac, ahora fortalecen a las asociaciones de consumidores. Esto garantiza que ahora tendremos más voces defendiendo a los consumidores en tribunales y tribunales mejor informados orientando las relaciones entre consumidores y proveedores.

Cierto, los tribunales van a ser más lentos que la vía administrativa que el TC consideró le faltaban contrapesos. La regulación que se produzca a propósito de las sentencias también va a ser más lenta que lo que habría sido Sernac con sus reglamentos. Pero una política del consumidor orientada por sanciones ejemplarizadoras impuestas por tribunales es una forma más estable de regular las relaciones de consumo y de ajustarlas a las particularidades de cada industria. También es una forma de blindar a los consumidores de la captura que hemos visto en otros reguladores y del inmovilismo que los políticos inducen en los organismos que son demasiado poderosos en el papel. Sobre todo, es una forma de que los consumidores no dependamos de “cocinas”, de órdenes “de más arriba”, y del afán de figuración de políticos que, cuando han influido en Sernac, nos han dejado con grandes titulares y cupones de descuento.

Sernac cumple un rol importantísimo en la defensa de los consumidores, pero para éstos es mejor que la entidad sea parte de una manada y no el rey del selva.

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