Biodiversidad y Áreas Protegidas

Tribuna del Diplomado en Derecho Ambiental: En el marco del Diplomado en Derecho Ambiental "Instrumentos de gestión - nuevas tendencias", dirigido por la Prof. Valentina Durán, presentamos una selección de opiniones redactadas por los y las estudiantes de la 8ª versión del diploma, impartida durante el segundo semestre de 2021.

No es una novedad que actualmente estamos en una crisis ambiental producto del cambio climático experimentado durante las últimas décadas, el cual ha sido causa directa de muchos de los desastres naturales, condiciones meteorológicas extremas, inseguridad alimentaria e hídrica, entre muchos otros efectos perjudiciales tanto para la humanidad, como para los ecosistemas naturales y su biodiversidad (ONU).

El aumento de la temperatura y el estrés hídrico a nivel global han perjudicado a la biodiversidad, y Chile no se queda atrás. En nuestro país, el cambio climático es solo el último de cinco factores que amenazan a la biodiversidad, siendo los otros cuatro: el cambio de uso de suelo, la introducción y dispersión de especies exóticas invasoras, el desarrollo intensivo de los sectores productivos primarios y los incendios forestales (PNUD, 2017). Estas amenazas son de origen antrópico, principalmente asociadas al funcionamiento de nuestro sistema político-económico, es decir, se deben a que la gestión y la regulación para la protección de la biodiversidad es ineficiente, inadecuada y/o está incompleta para estar a la altura de los actuales desafíos en materia de conservación de la naturaleza.

La biodiversidad es fundamental para el desarrollo sostenible de los territorios, siendo valiosa tanto por el valor intrínseco de la naturaleza como por los servicios ecosistémicos que ella brinda. Actualmente, es el SNASPE quien tiene como misión contribuir a la conservación y preservación de la biodiversidad. Es en estos territorios donde la biodiversidad tiene su máxima expresión, pues la intervención antrópica está limitada sólo para fines como conservación, investigación y turismo.

Respecto a lo que se viene en regulación, actualmente existe un proyecto de ley, el cual está en tramitación desde el año 2011, y que propone la creación  del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP). Entre sus objetivos está el de liderar la conservación de la biodiversidad, abarcando las responsabilidades y atribuciones en un solo ente, para así coordinar los distintos actores de manera sectorial, con mirada integradora y transversal de todos los ecosistemas presentes en Chile. Con esto se busca incentivar la conservación dentro y fuera de las áreas protegidas mediante la creación de variados instrumentos: entre ellos podemos mencionar la creación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), que busca agrupar todas las áreas protegidas del país tanto públicas como privadas (las que actualmente están repartidas en cinco ministerios distintos). Sin embargo, mientras este servicio no exista, es difícil considerar que estas áreas estén efectivamente protegidas, pues quedaremos a merced de la actual legislación y jurisprudencia.

Cabe destacar un caso del año 2010, en el que la CONAF de Los Lagos interpuso una demanda contra la DGA para que ésta no otorgara la concesión de las aguas a privados, los que proyectaban la ejecución de proyectos hidroeléctricos dentro de áreas silvestres protegidas. En la sentencia (Rol 7424-2010) se detalló que la DGA no tiene un fundamento legal para denegar el otorgamiento de derechos de agua, pues las actividades comerciales en Parques Nacionales se encuentran regulados en el S.E.I.A. según el artículo 10 letra p) de la Ley 19.300. Sin embargo, CONAF argumentó basándose en la “Convención de Washington”, promulgada mediante DS N° 531, la que establece en el artículo III que las riquezas existentes en los parques nacionales no se explotarán con fines comerciales. Bajo esta jurisprudencia, la Corte falló a favor de la CONAF.

Si bien esta sentencia marcó un antes y un después positivo en la jurisprudencia ambiental, aún queda mucho por construir. La creación del SBAP será un paso importante, pero también existe un sentimiento de esperanza de que una nueva Constitución entregará una mayor protección a la naturaleza y biodiversidad. Es interesante pensar en la posibilidad de que una nueva constitución considere a la naturaleza como sujeto de derechos, y soñar en cómo esta categorización podría potenciar su conservación. Quizás no sea la solución definitiva, pero nos acercará más a un paradigma ecocéntrico, que nos recuerde que el ser humano es sólo un mamífero más.

 

*Las opiniones vertidas en esta sección son personales y no representan al Centro de Derecho Ambiental ni a la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. 

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